Miguel Cabrera. Fotografía de Leon Halip / GETTY IMAGES NORTH AMERICA / Getty Images via AFP
POR Mari Montes
El primer día de la temporada 2021 ha sido hasta ahora uno de los mejores días del beisbol en años. Después de una campaña reducida en 2020 por la pandemia de la COVID-19, iniciar una nueva zafra en abril, con las puertas abiertas a los fanáticos, aun cuando fuese solo un 20 por ciento de la capacidad de los estadios, se sintió como una victoria de todos. Ya en primavera habíamos tenido un adelanto de lo que podía ocurrir. Vimos a los novatos ganarse sus puestos y a los veteranos con ilusiones de novato y grandes sueños.
Han transcurrido exactamente seis meses desde que Miguel Cabrera inauguró la temporada con el inolvidable jonrón que se abrió paso entre la nieve para llegar al jardín derecho del helado Comerica Park, ante Shane Bieber. Faltaban 13 jonrones para alcanzar la meta de los 500. Parecían muchos, pero apenas comenzaba la campaña admirable. Miguel Cabrera trabajó muy duro en el “descanso” invernal para poder lidiar con la lesión de su rodilla derecha, por eso se convirtió en uno de los protagonistas de 2021.
En tiempos de Shohei Ohtani, Vladimir Guerrero Jr. Juan Soto, Ronald Acuña, Pete Alonso, Fernando Tatis Jr. o Bryce Harper, el veterano de 19 temporadas hizo saber desde el primer día que estaba listo para ir por los 500 jonrones, 3.000 hits y 1.800 carreras empujadas. De los tres hitos, alcanzó dos, cuadrangulares y empujadas, quedando en la puerta del club de los 3.000, trámite pendiente para formalizar la inscripción en las primeras semanas de 2022.
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