Prodavinci | 100 AÑOS DE IFIGENIA. Una exposición que habla al presente: “Ifigenia de Teresa de la Parra”

En el fragor de la conmemoración del centenario de la publicación de Ifigenia irrumpe en Caracas una impecable exposición bibliográfica: “Ifigenia de Teresa de la Parra. 100 años de la señorita que escribió porque se fastidiaba”, en un nuevo espacio cultural (abierto formalmente al público con esta exposición inaugural) que es un verdadero milagro: el Museo del Libro Venezolano, ubicado en la Qta. Anduriña, calle Cocorote, San Román, Caracas. 

La exposición recibe a los visitantes con una hermosa imagen de Teresa de la Parra en tamaño real, de pie en la agradable terraza del museo, y desde ese espacio (terraza, jardines, caminerías) aparecen otros detalles como estímulos para la experiencia inmersiva de esta magnífica exhibición interactiva: códigos QR dispuestos en las mesas para ser leídos desde cualquier dispositivo móvil, que llevan a audios con fragmentos de Ifigenia; estos audios también pueden reproducirse desde una banqueta en un acogedor recodo del jardín. Después de este sugestivo preámbulo, se siente la urgencia de comenzar el recorrido: un exhaustivo panel cronológico invita a interactuar: por el anverso de las láminas detalles de la vida de Teresa de la Parra y por el reverso el paralelismo con acontecimientos culturales importantes de su tiempo. De este punto hasta la sala Enriqueta y Ana María Pardo (que exhibe la materia medular de la exposición) hay que subir, primero, una escalera donde una elegantísima Teresa de la Parra escruta al visitante inadvertido, hasta que el ascenso completo revela su reflejo en el espejo y suscita inmediatamente a María Eugenia Alonso, a través de sus palabras. Desde allí el trayecto se realiza por un estrecho pasillo que se amplía por los diversos espejos que multiplican las superficies y mezclan las imágenes: ya no es posible discriminar con precisión los límites entre la autora, la novela y la obra. 

Antes de entrar a la sala principal, un mapa de los personajes de Ifigenia con ilustraciones de Adriana Bonisconti sintetiza pedagógicamente la novela para el visitante que no la conozca, y la refresca para aquellos que no hayan recorrido sus páginas recientemente. Ya en la sala es difícil decidir dónde comenzar, todo es magnético, luminoso. Las vitrinas contienen desde la primera edición de Ifigenia hasta otras emblemáticas ediciones realizadas en el transcurso de un siglo, además de otros libros de la autora, diversos estudios críticos, comentarios e interpretaciones de su obra, documentos raros; cada vitrina y pieza gráfica por lo general posee un código QR en la etiqueta de datos, de tal manera que desde el teléfono se amplifica la información de cada objeto exhibido.

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