
El exzar de la inteligencia venezolana ha fijado un patrón para mantenerse impune, ahora copiado por otros que también huyeron de la debacle chavista
El 26 de abril, Rafael Reiter Muñoz concretó la apuesta más arriesgada desde que se encuentra detenido en Madrid.
El exdirector de Prevención y Control de Pérdidas de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) durante la gestión de Rafael Ramírez finalmente puso las cartas sobre la mesa de negociación con los fiscales que solicitan su extradición a Estados Unidos.
Reiter ejerció funciones de «policía interna» en la estatal petrolera, primero en Caracas (2003) y posteriormente con alcance nacional (2010). Esto no era un eufemismo. Por sus manos pasaba la información sobre lo humano y lo divino de la principal industria del país. Cuando algo no le gustaba, actuaba en conjunción con la Dirección de Contrainteligencia Militar, bajo el mando del mayor general Hugo Carvajal, el Pollo. La Dgcim, hasta hoy, tiene a funcionarios destacados en los principales enclaves petroleros del país.
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