
El estado de Florida es el que alberga al mayor número de venezolanos indocumentados en todo Estados Unidos. Según cifras que datan de 2019, eran 102.000 personas, más de la mitad de los 189.000 migrantes sin papeles instalados en total en ese país, estima el prestigioso Migration Policy Institute, utilizando diversas fuentes.
Este universo de personas y sus familias, residentes autorizados o no en Estados Unidos, están hoy en vilo por una draconiana nueva ley migratoria que entrará en vigencia en Florida a partir del 1 de julio y que convierte en graves delitos ser inmigrante indocumentado o hasta transportar y dar albergue a personas en esa condición.
La ley fue firmada la semana pasada por el gobernador Ron DeSantis, un republicano ultra conservador que deja pálido nada menos a que a Donald Trump y también aspira a la presidencia de Estados Unidos.
Lee más en El Estímulo