
Llegó a su fin el Título 42, norma que en su momento aprobó Donald Trump teniendo la pandemia de lacovid-19 como trasfondo. Cuestionada por los demócratas, cuando eran oposición, el gobierno de Joe Biden terminó haciendo lo que le criticó a su antecesor, expulsar “en caliente” a migrantes sin documentación para restringir las solicitudes de asilo al pisar territorio de EEUU.
En la segunda parte de su gobierno de cuatro años, y tras el anuncio de que buscará la relección en 2024, es bastante improbable que este año o el que viene el gobierno de Biden y el Congreso de Estados Unidos, bastante dividido en torno al tema migratorio, logren desarrollar una nueva política que sea coherente, en materia de derechos humanos, y efectiva, en términos de atender la crisis que caracteriza en estos tiempos a la frontera entre México y EEUU.
Al quedarse sin efecto el Título 42, básicamente se vuelve a lo que existía antes, el Título 8, pero con algunos ajustes administrativos. Ambas decisiones, la de Trump y ahora la de Biden, apuntan a lo mismo: impedir que una persona sin documentación pise territorio estadounidense y active un proceso para pedir asilo o para regularizar su estatus migratorio.
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