
Por Elías García Navas
Rafael Ramírez es un experto en supervivencia, pero esa habilidad no radica en la fortuna acumulada durante sus 10 años como súper ministro de Hugo Chávez: responsable del Ministerio de Petróleo y presidente de Petróleos de Venezuela (Pdvsa), una doble función que le dejó manos libres para operar un negocio mil millonario.
El verdadero poder de Ramírez consiste en aparentar lo que no es, y el reciente escándalo de corrupción que le costó el puesto a su archienemigo – Tareck El Aissami- así lo demuestra. ¿Cómo protege Ramírez su reputación?
El estratega
Al morir Chávez, el poderoso Ramírez entendió rápidamente que, entre las facciones en pugna por el poder, él representaba un grupo débil y pronto sería despojado de la famosa petrochequera.
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