
La necesidad tiene cara de perro, y el que apuesta por necesidad pierde por obligación, decían los viejos sobre ciertas acciones y sus riesgos. Pero el mundo de los emprendedores y sus empresas no tiene por qué ser un número al azar: la valiosa información, la formación, y el sentido común son claves para conjurar amenazas y consolidar el éxito.
Este ecosistema encierra muchas expectativas y realidades: los sueños de ser empresario, de ser uno su propio jefe y de desarrollar una idea y un negocio propio suelen convivir y tropezar con un entorno a veces mucho más complejo de lo previsto, decididamente hostil y con pocas probabilidades concretas de éxito.
Pero aún así, cada año miles de personas deciden emprender ese camino, muchas de ellas lo hacen bajo premisas poco sustentadas, más llenos de voluntarismo que de preparación. Otros arriesgan los ahorros de toda la vida, el patrimonio familiar o profesional, logran convencer a amigos, familiares y financistas para impulsar sus ideas y construir un negocio y una empresa sustentable.
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