

Por Kevin Roose
Kevin Roose es columnista de tecnología y copresentador del pódcast del Times Hard Fork.
La semana pasada, después de probar el nuevo motor de búsqueda Bing de Microsoft, potenciado por inteligencia artificial, escribí que, para mi sorpresa, había sustituido a Google como mi motor de búsqueda favorito.
Pero una semana después, he cambiado de opinión. Sigo fascinado e impresionado por el nuevo Bing y la tecnología de inteligencia artificial (creada por OpenAI, el creador de ChatGPT) que lo impulsa. Pero también estoy profundamente perturbado, incluso asustado, por las capacidades incipientes de esta inteligencia artificial.
Ahora tengo claro que, en su forma actual, la inteligencia artificial que se ha incorporado a Bing —a la que ahora llamaré Sydney, por razones que explicaré en breve— no está preparada para el contacto humano. O quizá los humanos no estamos preparados para esto.
Lee más en The New York Times