
Cifras de ANSA señalan que en los últimos años cerca de 60 tiendas cerraron sus puertas o se dedicaron a otro tipo de negocio. Aún así el ingreso de nuevos actores en el área de los hipermercados y en la venta de productos a bajo costo permiten mostrar una mejora en la atención de los consumidores. En el año 2020 había un local por cada 66.000 habitantes, mientras que en 2022 hay un negocio de este tipo por cada 44.500 habitantes. El reto es disminuir la desigualdad que existe en el consumo de la población
Redireccionamiento del negocio, remodelaciones, ampliaciones, cambios de imagen y hasta cierre de locales ha caracterizado al sector de la venta de productos de consumo masivo en Venezuela en los últimos años. Sin embargo, lo que ha llamado más la atención es la aparición de nuevos actores y, el fortalecimiento de los llamados hipermercados, en una economía que lucha por seguir recuperando lo perdido y ante los aún bajos niveles de consumo de la población.
Como todos los sectores de la economía del país, el de los supermercados tuvo que innovar para mantenerse en un entorno de crisis, hiperinflación, devaluación, poco acceso al financiamiento, fuertes regulaciones, escasez y cuarentena. Uno de los aspectos más significativos es el cambio de los patrones de consumo de los venezolanos, para lo cual los negocios tradicionales tuvieron que adaptarse y, los nuevos miembros del sector entraron para ocupar el espacio de ese nicho de mercado que se encontraba desasistido.
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