
Nocturna era la faena de los panaderos
como nocturna es la mía.
– Eugenio Montejo
El viaje
El 21 de enero de 1834 arribó al puerto de La Guaira el primer buque español luego del fin de la guerra de Independencia que terminó con trescientos años de dominación hispana. A bordo venían los primeros 150 emigrantes españoles canarios llegados con la República, atraídos por un manifiesto de Bolívar dirigido a “los extranjeros de cualquier nación y profesión que sean”, invitándolos a establecerse y trabajar en Venezuela abrazando la causa republicana. El mismo Bolívar que años antes, el 15 de junio de 1813, había dicho “españoles y canarios, contad con la muerte, aún siendo indiferentes”. A esos pioneros isleños se sumaron 8 mil más durante los siguientes años. Entre ellos estaba un ciudadano natural de Génova de nombre Giuseppe Antonio Ramella Ferrari (1797-1860). Ramella Ferrari había emigrado a comienzos del XIX de Italia a las islas Canarias donde contrajo matrimonio con Concepción Pérez Quintana, con quien tuvo cuatro hijos, tres hembras y un varón, Pablo Antonio Ramella Pérez (1829-1885).
Los canarios llegaron para trabajar la tierra en un país arrasado por la guerra, pero muchos emprendieron el camino de la paz sin más equipaje que la esperanza, ejerciendo los oficios que demandaba la construcción de la república. Se hicieron carpinteros, albañiles, comerciantes, zapateros, sastres, panaderos, etc. Giuseppe Ramella pasó a llamarse José y junto con su hijo Pablo Antonio fundaron una de las más importantes cadenas de panaderías en la Caracas de fines del siglo XIX.
En un documento del Diario de Avisos del 19 de julio de 1851, aparecen las firmas de Pablo Ramella y Compañía y de Antonio Ramella e hijo, quienes en 1852 fundan la panadería Ramella en la esquina de Las Gradillas. Ya desde 1871, en un aviso del 6 de mayo, en el periódico La Opinión Nacional, de Caracas, encontramos registro de ella, conducida por Pablo Ramella. Luego, en el Registro de Panaderías del Directorio Anual de Caracas, 1891-1892, bajo el nombre de P. Ramella Sucesores, aparecen cuatro sucursales más, fundadas en Ferrenquín (1886), Peinero (1888), Guanábano (1894), Altagracia (1905).
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