
La guerra en Ucrania reconfigura el mercado energético global y las reservas petroleras de Venezuela ganan valor estratégico. Washington contempla otorgar una licencia a Chevron para que aumente sus operaciones en el país
Por: @vsalmeron
El pasado 14 de septiembre Nicolás Maduro reveló que sostiene encuentros públicos y privados con representantes de empresas energéticas de Europa y Estados Unidos, a quienes ha dejado en claro que “Venezuela está preparada para cumplir su papel y abastecer el mercado con el petróleo y el gas que necesita la economía mundial, de manera estable, de manera segura”.
Tras el desplome de la producción petrolera venezolana, en lo inmediato, estas palabras carecen de sentido pero en un contexto donde la guerra en Ucrania reintrodujo a la seguridad energética en la lista de prioridades y con la oferta de crudo restringida, las reservas petroleras de Venezuela juegan un rol importante en el mediano y largo plazo.
Europa tiene como objetivo estratégico reducir su dependencia de las importaciones de combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas natural) de Rusia. Al mismo tiempo son evidentes las desavenencias entre Estados Unidos y Arabia Saudita, un país clave en el suministro global de petróleo.
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