
Si se coopera con las Naciones Unidas y se queja de los abusos contra los derechos humanos en esos países, lo más probable es que ese activista o periodista termine encarcelado, perseguido, torturado o vigilado por el gobierno de turno. Entre los 42 países de la lista negra se encuentran algunos de los peores regímenes autoritarios del mundo, famosos por sus graves violaciones de los derechos humanos.
El informe anual del secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, destaca una serie de «tendencias preocupantes» durante el año pasado y detalla cómo las personas -principalmente las víctimas de violaciones de derechos humanos, los defensores de los derechos humanos y los periodistas- sufrieron represalias e intimidación por parte de los Estados y los agentes paraestatales.
Entre otras cosas, se detuvo a personas, se les aplicó una legislación restrictiva y se les vigiló tanto en línea como fuera de ella. Las personas que intentaron cooperar con la ONU, o que fueron percibidas como tales, también se vieron afectadas, se aseguró en el documento.
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