
Caracas.- Si algo útil ha inventado el gobierno es eso de vender zapatos baratos a los maestros, su manera de reconocer que los educadores han dejado las suelas en el asfalto de tanto y tanto que han tomado las calles para protestar por sus salarios miserables, los millares que les deben, contra la Onapre que se los rebajó y las condiciones de deterioro en que se encuentran escuelas, liceos y universidades a lo largo y ancho de todo el país.
Un sarcasmo que se encargó de vender Nicolás Maduro en persona, explicando a su manera que los bolsos eran «cacherosos», como si quien le asesora le insistiera en que utilice mal el lenguaje porque la burla es una manera muy venezolana de seguir vigente, mientras desplegaba a cámara unos zapatos «bien bellos» y como si fuese el locutor de uno de esos aburridos «informarcial» que durante horas venden baratijas a medianoche, se fajó a explicar «Mire estos zapatos que bellos para los maestros y las maestras», mientras desplegaba unos modelos que a todas luces lucían como de plástico, horrendos en su mayoría, ignorando que la coquetería y eso que llaman el deseo aspiracional de los humanos – maestras y maestros incluidos-, que se define como lo que los seres humanos quieren llegar a ser, incluido en esto los productos que usen.
Sin que se conozca aún quién o quiénes se irán a beneficiar de este negocio (en la administración pública hay mas de medio millones de docentes), lo cierto es que una simple operación matemática dejaría en sus bolsillos unas ganancias hasta de medio millón de dólares en caso de que cada uno de los maestros, maestras, profesores y profesoras decidiera comprar solamente un par.
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