
@jpenalver
Voté por él y lo volvería a hacer si se pudiera. Estuve en su “coronación”, pues sencillamente trabajaba para entonces en el Teatro Teresa Carreño, o “Coso de Los Caobos”, hoy convertido en el templo del jalabolismo y la chapuza gobiernera.
Por lo que llevo dicho, ya me habré ganado toda clase de insultos, de críticas, y quizá la pretendida calificación de adeco; pero no importa, a ella añado la de demócrata, civil que reprocha toda clase de autoritarismo, militar o no, y fiel creyente en el régimen de libertades públicas que solo se logra en democracia, lo cual conlleva la existencia de partidos políticos, con diferentes puntos de vista, donde el contrario es adversario y no enemigo.
No puede olvidarse que los mismos que insurgieron contra el gobierno democrático de 1992, supuestamente dizque para superar la corrupción, la falla en los servicios públicos, y con una carga de nacionalismo-bolivariano a rabiar, hoy no hallan que hacer para justificar tanta ineficiencia, incapacidad e incompetencia para resolver los ingentes problemas que aquejan a Venezuela; por el contrario, estos se han visto incrementados por la incapacidad e improvisación oficiales, al punto que el Jefe Supremo (hoy muerto) les dijo en uno de sus consabidos arrebatos delirantes: “no tengan miedo a equivocarse, estamos ensayando”.
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