
Esta semana leí y vi dos noticias que me dejaron fuera de lugar. La primera, en un hilo del 15 de septiembre en Twitter de @leirisgsm: “En Caracas, el CICPC detuvo a un sujeto por abusar y dejar embarazada a su hija discapacitada, quien padece Síndrome del Espectro Autista”. El sujeto fue identificado como Ibrahim Javier Valderrama Barreto, de 45 años de edad. Refiere Leiris que la madre observó que la jovencita tenía malestares, y en el centro de salud determinaron signos de abuso sexual… y estado de gravidez. Es horrible pensarlo y peor, decirlo: pero ojalá que en la cárcel donde lo vayan a recluir, hagan lo que hacen con todos los violadores y pederastas, porque los privados de libertad, por muy malucos que sean, tienen sus propios códigos y hay hechos que no se calan. Ya saldrá algún defensor de derechos humanos a decir que hay que protegerlo, pero a su hija, violada y embarazada, nadie la protegió. Así que por mí, se puede ir largo al mismísimo: que lo linchen.
La otra noticia, que ha dado miles de veces la vuelta al mundo y por todas las redes, fue la vigilia realizada por los cuatro hijos de la Reina Isabel, donde el pederasta Andrés fue autorizado nada más y nada menos que por su hermano, el entrante Rey Carlos III, para usar su uniforme completo.
El duque de York (ya no sé si todavía lo es) se vio obligado a renunciar al estatus de Su Alteza Real y fue despojado de todos sus títulos militares honorarios a principios de este año, en medio de las consecuencias de sus vínculos con el pedófilo Jeffrey Epstein. Pero parece que para el Rey Carlos III eso no resultó un impedimento. Malo, malo.
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