
Caracas. La noticia de la aplastante derrota de la reforma constitucional en Chile desplomó el precio del dólar y subió las acciones en la bolsa. La propuesta, que incluye la reelección presidencial, la interrupción voluntaria del embarazo y la concepción de Chile como un Estado Plurinacional entre las más polémicas, generó más incertidumbres que certezas al ser percibida como un plebiscito para la presidencia de Gabriel Boric y no como un mero cambio en la Carta Magna.
En un resultado que se veía venir – la mayoría de las encuestas lo señalaban- lo sorprendente no fue la derrota sino lo aplastante de esa derrota, porque el llamado Rechazo se impuso en todas las regiones, incluso en Magallanes, la zona donde nació el Presidente. Y a pesar de que muchos temían que convertir a Chile en un Estado Plurinacional significaba un peligro para la unidad del país (porque se reconocerían los sistemas jurídicos indígenas e incorporaba «el consentimiento previo de pueblos y naciones indígenas en materias o asuntos que afecten sus derechos»), lo cierto es que hasta en las poblaciones indígenas se impuso el rechazo. Un voto transversal porque se dio en todos los grupos económicos del país.
Según análisis de algunos economistas chilenos consultados en la prensa, el resultado ha generado un efecto favorable sobre las expectativas futuras de los chilenos porque acaba con la incertidumbre que había creado la reforma. Y, en consecuencia, habrá mejoras en la inversión y en el crecimiento económico del próximo año. En síntesis, los expertos subrayan que “habrá un mejor ambiente para la economía”. Lo que, paradójicamente, beneficiará al gobierno de Boric quien perdió y sale ganando.
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