
Caracas.- «Con todo proyecto siempre me hago una pregunta ¿Por qué ahora?», inicia su tertulia el director Rodrigo García, conocido como «el director de las mujeres» – muy a su pesar-, y quien ha heredado de su archi famoso padre, Gabriel García Márquez, no solo el talento creativo sino el encanto y la simpatía personal con la que atendió a más de 20 periodistas del Caracas Press Club que lo contactamos para conocer de su voz cómo y por qué emprendió la difícil tarea de elaborar una serie sobre «Santa Evita», la exitosa novela de Tomás Eloy Martínez (ha vendido más de 10 millones de ejemplares en todo el mundo), y filmarla en una Argentina donde Eva Perón sigue siendo una heroína para miles y una prostituta para otros millares.
«En Argentina, Evita siempre está vigente, pero al releer el libro se me ocurrió que era interesante abordarlo desde el ángulo más vigente, que era desde el punto de vista de la posesión del cuerpo de una mujer, ¿Quién controla el cuerpo de una mujer?.
En el caso de Eva, primero fue la madre quien decidió que ella fuera una estrella. Pero luego tuvo amoríos con gente que la ayudaron a promoverse para entrar en la radio, la tv y el cine. Hasta el caso curioso, ya casada con Perón en el poder, cuando se le ocultó su propia enfermedad, se la operó sin decirle de qué la estaban operando.. de modo que su el cuerpo estaba poseído. Ella y su familia no querían ser embalsamada y la embalsamaron. Ella decía «no quiero que me vean desnuda», y la vieron desnuda.
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