
El 1 de mayo de 2019, agentes de la División de Identificación de Extranjeros y Trata de Personas del Reino de los Países Bajos hicieron una inspección administrativa en un inmueble de la ciudad de Almelo, donde sospechaban que operaba una red de prostitución.
Los funcionarios llegaron a esa dirección luego de pactar un encuentro con una trabajadora sexual. El proceso tenía varios pasos. A través de un sitio web veían a las mujeres u hombres con los que querían tener contacto. Luego, llamaban a un número telefónico, donde un sujeto pactaba los términos de la sesión. Este hombre era el coordinador del grupo. De manera que las prostitutas no podrían hacer trabajos a espaldas de él.
En el caso de la vivienda en Almelo, lo primero que harían los funcionarios era verificar que el lugar contara con el permiso exigido.
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