Caracas Press Club | El ecosistema de emprendimientos comunicacionales digitales pone a vibrar al periodismo en Venezuela, por Amado Fuguet

Las iniciativas desarrolladas en los últimos quince años por periodistas y editores emergentes han generado un impacto en la sociedad como conjunto, asumiendo retos financieros, tecnológicos y de desarrollo de sus equipos de redacción. Un esfuerzo de gran utilidad para el ciudadano y los tomadores de decisiones, que claman por contenidos alternos a la narrativa única que se ha querido imponer.

Amado Fuguet V.

Especial para el Caracas Press Club

Dariela Sosa se propuso curar contenido para aprovechar la información valiosa que circulaba en el espectro de medios y presentarlos en forma organizada a través de un formato de boletín digital. Amasó la idea y lanzó Soy Arepita.

Luz Mely Reyes, desde que estaba en las salas de redacción, observaba cómo desde el poder se estaba cercando a los medios tradicionales y empezó a soñar con uno alternativo.  Acompañada por destacadas amigas colegas, armó un proyecto que dio a luz bajo el nombre de Efecto Cocuyo.

Ángel Alayón, inspirado en las conversas que -en la empresa donde trabajaba como pasante- disfrutaba religiosamente cada lunes para analizar la legendaria columna semanal de José Ignacio Cabrujas, se propuso montar un blog, formato original del portal Prodavinci.

Tres sueños convertidos en realidad. Constituyen una muestra de distintas y valiosas iniciativas que han impulsado periodistas y editores emergentes venezolanos que tomaron la oportunidad de las menores barreras de entrada que ofrece el mundo digital. Han dado así una respuesta independiente y profesional a la demanda de información, análisis y opinión por parte de los ciudadanos, los principales afectados por la crisis de medios generada por la política de hegemonía comunicacional que se ha querido implantar.

Dariela, Luz Mely y Ángel, compartieron entre colegas la travesía de retos que han tenido que afrontar en estos proyectos. Lo hicieron durante una de las dos Tertulias de los Miércoles especiales organizadas por el Caracas Press Club a propósito del Día del Periodista que se celebra este 27 de junio. Esta vez, la sala Zoom no tenía como protagonista invitado a un experto o fuente asociada a los temas del entorno nacional o internacional. En esta oportunidad el foco de la videoconferencia fue el emprendimiento periodístico a través de estos tres destacados miembros del CPC.

La razón de ser

Crear comunidades con propósito es lo que define Dariela Sosa como la visión que tuvo desde el principio, ya que es la línea que ha seguido tanto desde el activismo -fue líder estudiantil- como desde el periodismo. “Me gustaban los medios tradicionales, de allí vengo, pero sentía que los cambios se estaban dando aceleradamente y al salir Twitter me integré, después empezó Tik Tok y tomaron auge los Newsletters”.

Para el proyecto, tocaba decidir a cuál plataforma apostar. “El boletín electrónico que crea hábitos y se envía por correo electrónico parecía el adecuado en el contexto de 2017 y que sigue actualmente en Venezuela, porque era una manera de sortear mejor los bloqueos a las páginas web”, recuerda Dariela. Adoptó esa plataforma, con la premisa estilística de utilizar un lenguaje propio, con un tono fresco, para presentar los mejores contenidos de diferentes plataformas y medios, y así alimentar a la comunidad de lectores “con una dieta nutritiva y balanceada”, distanciada de la desinformación y de las burbujas de filtro donde los contenidos apoyan una cierta manera de ver el mundo.

Soy Arepita se concibió como un boletín electrónico diario de lunes a viernes, con un diseño que de alguna forma representara la primera página de un diario, buscando una vinculación gráfica para las noticias, con enlaces a los medios originales. La Arepita diaria viene dividida en tres partes: Relleno (información), Masa (análisis) y Concha (humor), ética y periodísticamente acordes al contexto venezolano, con el objetivo de llenar los vacíos informativos que abundan en Venezuela y esclarecer las dudas de sus lectores de manera clara y concisa.

En el caso de Efecto Cocuyo, Luz Mely Reyes dice que desde un principio “lo que nos mueve es que amamos lo que hacemos, el periodismo”. Recuerda que cuando empezó a pensar en desarrollar una iniciativa independiente, la tendencia de venta de las empresas periodísticas tradicionales le dio más argumento a la idea de ponerla en práctica. “Nos reunimos Laura (Weffer), Josefina (Ruggiero) y unos chamos para aterrizar un modelo de negocio, y comprendimos que sí se podía lograr”. Aunque era “relativamente” barato hacerlo, había que recabar fondos. La decisión de contar con un crowfunding para financiarlo disparó más el ánimo. Fue lo primero que montaron, sin haber nacido el producto.

Cuando se les ocurrió el nombre lo buscaron asociar al propósito de iluminar. Surgió el nombre Efecto Cocuyo después de listar muchos nombres que aparecían ya registrados. El inicio fue en Twitter, con la narrativa de combinar a la gente como fuente y al mismo tiempo como comunidad. “Dijimos: nosotros somos miles de chispas que todas juntas podemos iluminar una nación entera”.

Un rasgo distintivo que resalta Luz Mely es que “las fundadoras y las directoras somos mujeres, con características étnicas que reflejan que somos un país mestizo, cosa que llama la atención afuera, pero que en cualquier redacción venezolana es muy natural”.

El emprendimiento de Prodavinci, mientras tanto, Ángel Alayón lo aborda contextualmente. Alude que antes en Venezuela la conversación pública giraba en torno a lo que publicaban los grandes medios insignias que todo el mundo leía. “Ese ecosistema de relacionamiento de la gente con los temas a través de esos medios se destruyó por múltiples razones, desde las tecnológicas, la irrupción de las redes sociales y la situación política que ha vivido nuestro país”.

Refiere que el actual ecosistema de medios, comparativamente, es muy pequeño, lo que tiene consecuencias en una menor capacidad de generar informaciones y análisis y, desde el punto de vista de las audiencias, un contenido no tiene el impacto de amalgamar las discusiones como antes. Y eso es precisamente uno de los grandes retos. De allí que Prodavinci se define como un espacio para las ideas, las conversaciones y los debates.

Alayón cree que, si bien el sistema de medios está fragmentando en diversas iniciativas pequeñas que han surgido en los últimos 15 años, todos son complementarios. “Ya no tienes los grandes periódicos donde podías encontrar todo, y ahora tienes que buscar los contenidos en los distintos medios”.

Recuerda que Prodavinci parte de ese proceso de fragmentación, cuando surgió la ola de los blogs. “Empecé a escribir sobre economía y ciencias sociales, pero me di cuenta en consultas con amigos de que conformara un grupo más amplio para contar con contenidos que fueran más allá de la economía”. No se planteó generar noticias sino análisis. Al integrarse Oscar Marcano se inició posteriormente una etapa de periodismo de investigación y de trabajos especiales por temas que toman relevancia según el momento, como fue el caso de las protestas y de la pandemia, por citar dos ejemplos.

La complicada sostenibilidad

Como todo emprendimiento, estas iniciativas periodísticas han tenido que dedicar tiempo en la agenda a la sustentabilidad económica en la era digital, ya que el modelo antiguo universal en el cual las finanzas dependían en gran medida de la publicidad se ha extinguido. Los modelos de negocios ahora son otros y van cambiando.

A Luz Mely Reyes no se le olvida la simbología que representó el “potazo“ para recabar fondos para el naciente Efecto Cocuyo. La actividad les dio un bautizo de calle, con un mensaje que había que dar: hacer periodismo cuesta dinero.

Los tres ponentes de la tertulia coinciden en que no hay una fórmula clara y cada vez es más complicado fondear los emprendimientos periodísticos, tanto que, como lo dice Dariela Sosa, el gran esfuerzo es seguir buscando opciones pues si no es posible la rentabilidad, hay que lograr que los medios sean sostenibles para cumplir la misión periodística.

Los diferentes medios, relatan, han acudido por ejemplo a suscripciones por pequeños montos, aunque este mecanismo se ha saturado por el mayor uso que se la dado. Además, ahora la competencia por suscripciones va más allá de los medios propiamente dichos, ya que la gente también busca otro tipo de contenidos por los que debe pagar, como es el caso de Spotify o Netflix, según refiere Dariela. Por ello sostiene que las formas de ingresos tienen que ser múltiples. Soy Arepita, por ejemplo, ofrece servicios en su especialidad, produciendo boletines a otras organizaciones, lo que les permite generar otros fondos.

También, como dice Luz Mely, los medios deben adaptarse a las prioridades de temáticas de los financistas o donantes, incluidos aquellos que brindan apoyo según la causa que respaldan. Los llamados “grants” no son constantes en el tiempo y varían según los intereses de los aportantes. Comenta que una tendencia que se observa es que algunas organizaciones de apoyo piden un perfil activista en determinados nichos, no solo para informar sobre determinados temas sino para influir en tomadores de decisiones. Pero eso genera dudas sobre si esa debe ser parte de la misión periodística.

Por otra parte, si bien existen suscripciones, ha venido tomando cuerpo la modalidad de las membresías, mediante la cual los integrantes de una comunidad apoyan al medio, sin que necesariamente lo esté haciendo para recibir un producto a cambio, explica Reyes. La membresía brinda la posibilidad de que otros que no sean miembros puedan obtener el servicio.

“Como no es un negocio el periodismo, ¿qué negocio puede sostener al periodismo?”, es uno de los debates que ha ido surgiendo y sobre el cual no hay respuestas definitivas, según comenta Luz Mely.

Alayón, con su ojo de economista, llama la atención sobre el riesgo que significa el sesgo de la supervivencia. No hay un modelo que funciona para todos. Lo que puede funcionar para unos puede no servir para otros. Lo que hay que hacer constantemente es experimentar. “Hay que probar, pero no hay que ser ingenuo”, señala, alertando que las propias limitaciones de Venezuela frenan la posibilidad de éxito de algunos modelos de sostenibilidad. Comenta que, si un negocio paralelo es rentable para alguien, no necesariamente lo va a hacer siempre para sostener un proyecto periodístico, pues la tendencia va a ser concentrarse donde le vaya mejor.

Lo cierto es que la sustentabilidad del ecosistema de medios es crítica, y constituye uno de los grandes desafíos.

El equipo humano

Las plantas de redacción de los medios emergentes constituyen un punto central. “No hay periodismo sin periodistas, y para ello necesitas un buen clima organizacional y una carrera pueda crecer económica, profesional y personalmente”, refiere Alayón, quien destaca que en el caso venezolano ha sido terrible lograr ese propósito para todas las empresas del país, no solo las periodísticas, porque la crisis económica se ha traducido en reducciones de personal y de salarios en términos reales.

Comenta que en el caso de Prodavinci se ha seguido una filosofía de trabajar con una estructura muy liviana que privilegie al talento, siempre tratando de que el clima interno y las oportunidades de desarrollo se mantengan o mejoren en la medida de lo posible.

“La formación es también de mucha relevancia porque hay brechas evidentes, y es por ello que hemos tenido un sistema de capacitación interna que nos ha funcionado bastante bien, tanto informal como formal y pensamos hacerlo también con apoyo externo, con la idea de que la nueva generación supere lo que se ha venido haciendo”, explica Ángel.

Cuando le toca hablar a Dariela sobre este tema, rescata la historia de su abuelo periodista que aprendió ejerciendo en Carabobo. Ese empeño en mejorarse a sí mismo la inspiró a hacer lo mismo, pero con la oportunidad del aprendizaje universitario.  Y por ello se preocupa “por la formación de los chamos que vienen egresando”. La identificación de talentos y su mejoramiento profesional es una tarea que ella, Alexis Correia y su equipo, han asumido en Soy Arepita. “Hay gente que tiene potencial, y por ello buscamos brindarles apoyo para mantener estándares de excelencia”.

Luz Mely recuerda que las salas de redacción de los medios tradicionales servían de correas de transmisión del conocimiento a las generaciones que se iban incorporando. “Esa dinámica nosotros tratamos de recrearla internamente gracias a la visión de Josefina Ruggiero, quien ha venido formando periodistas por su capacidad pedagógica”. Por eso se creó la Escuela Cocuyo, pues el componente de formación siempre fue muy importante en este proyecto. Ahora se ha internacionalizado, trabajando además el proyecto de capacitación para la cobertura de migraciones, lo que también ha permitido la formación de periodistas que se han ido del país.

“La idea es transformar a los talentos y al mismo tiempo ver cómo ellos nos transforman también a nosotros”, dice.

En estos tres medios, así como en los distintos casos de emprendimientos periodísticos venezolanos, se han ocupado de formaciones que van desde géneros periodísticos y fuentes especializadas, pasando por periodismo de datos e investigación, hasta procesos y herramientas digitales, entre otros para que la granja de conocimiento en las redacciones ofrezca el mejor periodismo posible.

El impacto de los medios

Un reto adicional es el impacto. Todo periodista o medio busca que se generen consecuencias de lo que se publique, que se generen debates, se evalúen propuestas o se produzcan decisiones. “Aunque el periodismo tiene un valor testimonial, se pueden producir frustraciones cuando lo publicado no trae consecuencias”, observa Ángel Alayón.

Los tres foristas creen que, si bien el alcance en audiencias no es masivo en la mayoría de los medios emergentes, sí generan algún tipo de influencia y por ello sus contenidos son buscados por los tomadores de decisiones, bien sea local o nacionalmente. Si no generaran influencia no serían bloqueados o perseguidos.  

Luz Mely Reyes dice que cuando se tiene que rendir cuentas, debe demostrarse no solo lo que se hace, sino su impacto, si lo que se produce genera cambios. En eso cobra valor el trabajo en alianzas entre los distintos medios para generar mayor influencia. “Por otra parte, hemos registrado metodologías para relacionarnos con las comunidades de usuarios, lo que genera impacto porque se dan a conocer lo que están haciendo y que tal vez de otro modo no lo lograrían”.  También se observa que hay organizaciones que investigan determinados temas, y en buena parte se nutren de la información que proveen los medios, a quien incluso consultan para detalles más específicos.

Dariela Sosa agrega que muchas ONG logran visibilidad a través de los medios, lo que permite a tomadores de decisiones tener acceso a las perspectivas y datos de esas fuentes. Considera así mismo que es muy importante hacer alianzas con periodistas de otros países autoritarios que tienen limitaciones como las que agobian al periodismo venezolano, porque todos tienen problemas comunes. No es lo mismo para ellos hacer periodismo y medir su efectividad que los colegas en países donde hay ejercicio libre. Son métricas diferentes.

Alayón saca a relucir la importancia que tiene el hecho de que desde el periodismo emergente se ha brindado espacio a narrativas alternativas a la que desde el poder se propaga. “Cada vez que hay una narrativa desafiada desde el periodismo, ese es un indicador de impacto”.

Es, sin duda, el gran aporte que el periodismo venezolano ha venido haciendo, con todas sus limitaciones y riesgos. Si no existieran los medios emergentes, solo una voz estaría presente en el espacio discursivo venezolano.

Convergen los tres colegas en que esta comunidad de medios que ha surgido constituye un semillero que mantiene vivo al periodismo en el país y le brindan una mayor proyección. Podrá haber altibajos, pero crecerán, madurarán y con seguridad podrán verse acompañadas por nuevas iniciativas comunicacionales para un mejor futuro.

Anuncio publicitario

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s