
El 30 de octubre de 2021 se creó un grupo de WhatsApp, cuyo administrador es Héctor Alonso López. Su objetivo es coordinar, desde un segmento grande y valioso de la nación socialdemócrata, diversas actividades para celebrar los 100 años de Carlos Andrés Pérez (CAP), el 27 de octubre de 2022. Me invitaron a participar y lo hice con el mayor de los gusto porque creo que bien vale la pena, más en estos tiempos menguados y de gran confusión, exaltar la figura de un gran presidente demócrata, uno de los venezolanos más importantes de la historia.
Como todo héroe de este país, su nombre y condición de ciudadano excepcional han sido atacados de manera inclemente por sus adversarios. Ese ataque fue particularmente intenso y eficaz durante su último mandato, cuando desde diversos sectores, incluso desde su propio partido, fue objeto de una campaña incesante, y en nada cristiana, que terminó por convertirlo en otro héroe roto, destino del que aquí ni Simón Bolívar pudo escapar. De paso, con esa infamia, nos legaron el régimen más destructivo e inmoral de la historia de América Latina.
Era tan absurda la gavilla que parecía la descrita por Enrique Santos Discépolo en su tango “Siglo XX”. Políticos de extremos ideológicos, Luis Alfaro Ucero, Rafael Caldera y Hugo Chávez, dueños millonarios de medios y periodistas limpios, intelectuales, juristas, ex ministros, populacho… “revolcaos en un merengue, y en un mismo lodo, todos manoseaos”. La alianza antihistórica que denunció David Morales tres lustros antes y que, en este siglo Mirtha Rivero, con agudeza e inteligencia, denominó náufragos rebeldes.
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