
Por Anaísa Rodríguez
Caracas / Foto Portada: Cortesía.- Este jueves se cumplen 60 años de El Porteñazo. La madrugada del 2 de junio de 1962, un grupo de oficiales encabezados por el capitán de Navío Manuel Ponte Rodríguez, el capitán de Fragata Pedro Medina Silva y el capitán de corbeta Víctor Hugo Morales tomaron la Base Naval Nº 1 en Puerto Cabello. Los combates se prolongaron por tres días y dejaron centenares de víctimas fatales y de heridos; pero la inteligencia y energía del presidente Rómulo Betancourt quedaron para la historia, ya que al combatir a los insurrectos, terminó con las asonadas militares que ponían en peligro la estabilidad del sistema democrático en Venezuela y restableció la unidad y la disciplina dentro de la Fuerza Armada.
No es correcto hablar de El Porteñazo como un hecho aislado. Los años que antecedieron a este levantamiento militar evidencian la amenaza que acechaba a Betancourt, quien había denunciado en reiteradas oportunidades que su gobierno era asediado por la “doble acción de pinzas” de la conspiración de derecha y la conspiración de la extrema izquierda.
Pero Betancourt no se quebró y afirmó que la “misma firmeza que se ha tenido contra los conspiradores que actúan con el propósito de restablecer una dictadura igual a la desaparecida el 23 de enero, la está aplicando el Gobierno contra los conspiradores que reciben instrucciones, armas y dinero, como aquí se ha dicho, de la Unión Soviética, a través de la estafeta de tránsito de La Habana”.
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