
«Los números difícilmente pueden contar la historia completa de Louis Clark Brock. No pueden contarte el entusiasmo que poseía, el entusiasmo por el juego, la emoción que generaba, la alegría de verlo. Si no lo has visto jugar, te has perdido una de las grandes alegrías del béisbol”. Phil Pepe, New York Daily News, 1979.
Esas líneas que dibuja el béisbol de Lou Brock, podrían describir también el juego de Miguel Cabrera, quien lo dejó atrás la noche del lunes 23 de mayo, cuando disparó dos imparables (3.023 y 3.024) para quedarse sólo en el puesto 28 de la lista de los hiteadores más fecundos de la historia de las Grandes Ligas.
En 1999, cuando Brock estaba como instructor en los entrenamientos de Primavera de los Cardenales, presencié una entrevista que le hizo el periodista Rubén Mijares en el Roger Dean Stadium en Jupiter, Florida. El veterano reportero y comentarista, centró la conversación en el robo de bases, la gran herramienta que aún en este tiempo identifica al inmortal jugador de San Luis.
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