
POR Marcelino Bisbal
El periodismo –en Venezuela– necesita con urgencia recuperar la libertad de decir.
Le ha tocado lidiar con un Estado que niega todas las crisis y cuando las reconoce
se la endosa, no pocas veces, a los mismos medios.
(…)
Para sobrevivir al acoso del autoritarismo debe reinventarse,
hacer pactos indeclinables con el ingenio.
Leonardo Padrón
Todos los años, en el mes de mayo se celebra en casi todo el planeta el Día Mundial de la Libertad de Prensa. El 3 de mayo del año 1993, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclama la tesis de que se debe reconocer una prensa libre, pluralista e independiente como el componente esencial de toda sociedad democrática y un derecho humano fundamental. Para este año 2022 el lema es «Periodismo bajo asedio digital». El objetivo es que reflexionemos sobre el impacto de la era digital en la libertad de expresión, la seguridad de los periodistas, el acceso a la información y la privacidad. ¿Hay razones para celebrar ese día en nuestra Venezuela?
I
Quisiera que este escrito fuera una especie de epílogo, después de leer todo lo que se ha venido publicando sobre el tema de la libertad de expresión en nuestro país y que ha resultado ser, a mi manera de ver, una especie de prólogo. Si seguimos el DRAE (el Diccionario de la Real Academia Española) leeremos que el término epílogo deriva de las palabras, epi, que significa sobre, y logos, que significa discurso. Por tanto, el epílogo es lo que hay sobre o después del discurso, es una conclusión. Siguiendo otras lecturas acerca del término epílogo se nos dice también “que es la parte final de un discurso o de un ensayo en el que se hace un resumen breve de las ideas expuestas, se sintetizan los argumentos y las conclusiones fundamentales o puntos principales, o en el que se presenta el desenlace de la historia, por ejemplo, en una obra de ficción, como en novelas, series de televisión, videojuegos o películas”.
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