
Por Diego Arroyo Gil en Runrunes
Miembro de una pléyade que goza en Venezuela de una inmensa popularidad –aunque no todos sus colegas disfruten de una tan extendida como la suya–, Leonardo Padrón (Caracas, 1959) ha construido una carrera ascendente y sólida en la televisión. Poeta y cronista, oficios que igualmente le han merecido reconocimiento público, como autor de telenovelas ha cosechado récords de audiencia a lo largo de los años… Sobre todo a lo largo de los años en los cuales la televisión nacional contaba con la suficiente solvencia como para llevar a las pantallas, con gran éxito, tramas que a él se le ocurrían y que enganchaban, noche a noche, en horario estelar, a millones de personas.
Desde Gardenia o Amores de fin de siglo hasta La mujer perfecta, pasando por El país de las mujeres, Cosita rica o Ciudad bendita, Padrón cautivó al pueblo venezolano. Luego, en 2017, pasó lo que pasó: el exilio, del que en esta entrevista rinde cuentas. Pero, incluso con ese exilio a cuestas, Padrón ha sabido mantenerse en lo suyo hasta el punto de que, desde entonces, ha hecho tres telenovelas para las empresas internacionales Televisa y Univisión: Si nos dejan, Amar a muerte y Rubí, y hoy está a punto de estrenar una serie para Netflix.
Titulador con buena puntería, la serie en cuestión lleva por nombre Pálpito, y trata, ni más ni menos, de dos parejas atadas por un corazón perdido. Persistente exponente de las urdimbres del amor, Padrón sale de nuevo al ruedo de la tele, ahora en streaming.
Lee más en Runrunes