
Por Rodolfo Izaquirre en El Nacional
Estábamos Adriano González León, Salvador Garmendia, Luis García Morales y yo tomando cerveza en una taguara de Sabana Grande ponderando la excelencia narrativa y de lenguaje de El coronel no tiene quien le escriba, la primera novela oficialmente así declarada de Gabriel García Márquez que siguió a La Hojarasca (1955),y lo hacíamos porque éramos los primeros venezolanos en leerla. Siendo muy jóvenes teníamos acceso al Papel Literario de El Nacional porque en distintas fechas Juan Liscano, Guillermo Meneses y Mariano Picón Salas creyeron en nosotros, nos tendieron la mano y nos invitaron a formar parte del equipo de redactores del Papel.
A la hora de repartir las tareas, le tocó en suerte a Luis García Morales escribir un comentario sobre la novela de aquel escritor colombiano publicada por primera vez en la revista literaria Mito, de Colombia, creada en 1955 por Gaitán Durán y Hernando Valencia Goelkel.
García Morales, entusiasmado, escribió un artículo elogioso y luego nos pasó la revista para que también festejáramos la estupenda escritura de aquel desconocido escritor colombiano. Siempre tuvo suerte García Morales porque también fue el primer venezolano en leer y escribir sobre Pedro Páramo cuando se repartieron las tareas y a él le tocó el libro de Juan Rulfo.
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