
Caracas.- La invasión a Ucrania ha servido para develar lo que siempre se ha sospechado de los regímenes autócratas: las fortunas descaradas que acumulan los allegados al poder, amparados en la inmunidad que les ha generado ese nexo tan conveniente.
Y si bien el matrimonio entre burguesía y poder político no es nuevo, lo que sí se devela ahora son los excesos en los que han incurrido estos oligarcas rusos, ex aliados de la desaparecida Unión Soviética, a quienes no les importa exhibirse en mansiones de lujo adquiridas en Madrid o Francia y en yates de 600 millones de dólares. Sin que nada les permita justificar esa riqueza excesiva más allá de las «palancas» de las que disfrutaron y disfrutan o la comisión que pagan a algún alto funcionario, testaferro mediante. Porque asomarse a lo que está ocurriendo con los multimillonarios rusos, luego de las sanciones impuestas por la invasión a Ucrania, permite descubrir que la mayoría han hecho sus fortunas gracias a sus antiguos nexos con el Partido Comunista: casi todos fueron miembros de la llamada «nomenklatura» (el estrecho círculo político de la URSS), y se transformaron en multimillonarios a raíz de la implosión de la Unión Soviética, cuando se produjo la apertura económica en la era Gorbachov y los comunistas del petit comité del Kremlin monopolizaron no solo los negocios de exportación del petróleo sino adquirieron las industrias y empresas estatales a precio de gallina flaca, lo que les permitió amasar inmensas fortunas en muy poco tiempo. Elite donde también entraron los agentes del servicio secreto KGB, de donde proviene Vladimir Putin ( su colección de relojes se calcula en casi un millón de dólares) o el megamillonario Alexander Lebedev.
«Los privilegios de la nomenklatura en la vieja URSS -escribe el español Miguel Alonso Ibarra en su investigación La Transición rusa a través de sus elites-, iban desde el acceso a bienes de consumo de alta calidad, hasta una red sanitaria privada y un sistema educativo elitista… pero cuando esa élite vio que las reformas de Gorbachov ponían seriamente en peligro su privilegiado modo de vida, iniciaron un proceso de adquisición fraudulenta de propiedad privada en paralelo al avance de la economía mafiosa… Así, los miembros de la élite se enriquecieron de forma ilegal a través de las ventajosas condiciones que tenían en la obtención de créditos por parte del Estado… En este sentido, uno de los principales organismos que actuó como factor de privatización fundamental en este proceso fue la organización juvenil del Partido Comunista…»
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