
Caracas.- La ex alcaldesa Keyrineth Fernández no pelaba un cumpleaños de Nicolás Maduro o Diosdado Cabello, un tributo al Che Guevara o Fidel, un lazo negro por los fallecidos Aristóbulo o Darío Vivas. Sus redes sociales gritaban que eran chavista hasta los tuétanos, un ejemplar hecho en revolución, resteada con el gobierno y que repetía hasta el aburrimiento las cinco consignas que se sabía de memoria y utilizaba para repartir desde bolsas CLAP hasta un colchón y un ventilador a algún señor moribundo.
Desde 2015 comenzó su cantaleta y sus homenajes y su disfraz rojo, hasta que fue «captada» para el narcotráfico por un capo colombiano -según relata ingenuamente otro chavista de raza, Giancarlo Di Martino-, para ser finalmente atrapada con las manos en la coca junto a varios de sus socios gracias a una delación, palabra que no les gusta mucho a los comunistas de cafetín aunque, en la práctica, es así como suelen salvar el pellejo.
Según la crónica de Di Martino, el colombiano Víctor Julio Cano Páez, «encargado de captar a diputados y alcaldes venezolanos», fue detenido el domingo 7 de noviembre de 2021 en el Puerto de La Guaira, junto a Luis Alfonso Viloria Chirinos, asistente del Poder Legislativo quien ya había sido detenido por el mismo delito, así como su papá Luis Viloria Sáez, ex empleado del diputado «cuentadolares» Luis Parra. Igualmente apresaron a Robert De Jesús Montaña Viloria, supuestamente encargado de hacer inteligencia y «escoger a los potenciales colaboradores de la red que captaba a diputados y alcaldes venezolanos», insiste Di Martino.
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