José “Cafecito” Martínez junto a su padre, el pelotero «Café» Martínez. Fotografía cortesía de José “Cafecito” Martínez.
Por Mari Montes en Prodavinci
La historia de José “Cafecito” Martínez comenzó como la de muchos hijos de beisbolistas profesionales que crecen con un papá intermitente, a quien pueden ver pocos meses en el año.
Los jugadores que pertenecen a una organización deben reportarse en febrero a los campos de entrenamientos. No importa la categoría, desde novatos hasta Grandes Ligas, al terminar la pretemporada de primavera, por 6 meses estarán dedicados a trabajar, a prepararse todos los días para jugar, para destacar. Si la familia se queda en el país de origen, como la familia Martínez en Venezuela, los hijos del pelotero deben esperar que la temporada se termine en septiembre o en octubre, depende, para verlo de vuelta.
Recuerda “Cafecito” que su papá llegaba de Estados Unidos, estaba con ellos 4 o 5 días, y se iba al Universitario a practicar con los Tiburones. Después se quedaba jugando hasta donde llegara el equipo y si lo llamaban como refuerzo se iba a la Serie del Caribe. De ahí unos días en casa y de regreso otra vez a los entrenamientos. Por eso la presencia de la esposa que se queda con los hijos es tan determinante. En este caso fue Evelyn González de Martínez quien se hizo cargo de todos, apoyada por su familia, sus padres y hermanos.
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