
Giuliana Chiappe
A Vera la muerte la pilló saltando en una fiesta de Navidad. Una muerte «trágica e injusta» como bien lo definió su padre Iván Pérez, y tan absurda que duele.
Vera, de 4 años, estaba junto con otros ocho niños en el castillo inflable que salió volando el 4 de enero, durante una fiesta en Mislata, la ciudad donde vivía, en la Comunidad de Valencia, España. La pequeña batalló algunos días por seguir respirando, pero ya tenía muerte cerebral. El 10 de enero se despidió para siempre. Ya el 5 de enero había fallecido Cayetana, de ocho años, por causa del mismo accidente.
Un video de la pequeña cantando una canción para los Reyes Magos, que colgó su propio padre en Twitter, visibilizó a esta pequeña, trágica, injusta, absurda víctima cuyo rostro no había trascendido por la protección legal a los menores de edad. Pero, además, su padre deja una enorme lección de humanidad, de capacidad de hacer el bien, y multiplicarlo, por encima de su propio dolor.
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