
Miro Popic|@miropopiceditor|Diciembre 17, 2021
Twitter: @miropopiceditor
Hay golpes en la vida tan fuertes yo no sé, como diría Vallejo, golpes que no nos dan tiempo a reponernos, más todavía cuando vienen en partida doble y de repente. Como los del pasado jueves 9 de diciembre, cuando la gastronomía venezolana perdió, en la práctica y en la teoría, a dos de sus exponentes más esclarecidos: Rubén Santiago y Armando Scannone. Cada uno en su quehacer cotidiano representan lo mejor que se puede lograr cuando se trabaja con conciencia, rigor, dedicación y honestidad. Ambos recibieron en vida el merecido aplauso que acompañó sus actuaciones. Corresponde ahora a sus seguidores otorgarles eternidad a sus experiencias y creaciones.
Rubén Segundo Santiago Aguilar y Miro Popic
El origen andino y las vicisitudes de su accionar en diversos oficios antes de llegar a los fogones, en un trozo de tierra rodeado de mar con una geografía distinta a la de su entorno originario, no impidieron que adoptara para sí la causa de la cocina insular de la que llegó a ser su máximo exponente. Lo hizo abrazando el conocimiento de los más experimentados, especialmente de las cocineras de su tiempo, y aún antes, a las que escuchó y acompañó cientos de veces en prácticas y enseñanzas que enriquecieron el bagaje culinario que sustentó su práctica diaria en los restaurantes que llevaron su nombre.
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