
Caracas.- El hombre orquesta del chavismo tiene un pensamiento esquemático, inalterable y con ideas envejecidas, construidas a golpes de los eternos lugares comunes que han sido las armas de aquella izquierda fracasada que implosionó en 1989 sin que nadie llorara su muerte. Ideología que, lamentablemente, se instaló en Miraflores oxigenada por el oportunismo habitual de los hermanos Castro más la petrochequera que, vaya ironía, hizo de Venezuela el burgués más abusivo de la región, un irresponsable que chantajeó, sobornó y corrompió a varios países vecinos a cambio de votos, apologías a Hugo Chávez y buenos negocios para la nueva élite.
«Los orígenes de nuestra Revolución son tan remotos, como lo es la invasión europea del siglo XV en nuestra Abya Yala y las resistencias indígena y afro que la confrontaron y padecieron», escribió Jorge Arreaza en este siglo, cuando era Canciller y disfrutaba uno más de los diversos cargos donde lo han ubicado para engrosar su variopinto currículum, bendecido además por la consanguinidad que, como ordenan las reglas sociales, le permite llamarse yerno de Hugo Chavez así se haya divorciado de Rosa María, lazos de sangre que le permiten pertenecer a la corte de semejante realeza.
Para no aburrir (esa es su especialidad) extraemos un significativo párrafo del texto «Espacio y Tiempo en Revolución» publicado en su blog personal donde, por cierto, Arreaza escribió solo ocho textos a lo largo de dos años. Allí asegura que » Para 2030 la hegemonía socialista, en todas las dimensiones de nuestra sociedad, debe estar consolidada. En 2030 podremos ofrecerle como homenaje al Libertador su proyecto integral ya consolidado, con su sistema de gobierno que le brindará a su Pueblo la mayor suma de felicidad posible».
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