

Por Ben Sisario11 de noviembre de 2021Read in English
Es una fría mañana de enero de 1969 y tres de los cuatro Beatles están reunidos en un vasto estudio cinematográfico de Londres, con cámaras rodando y micrófonos por todas partes. “Lennon llega tarde otra vez”, dice Paul McCartney con toda naturalidad, mientras conecta su bajo.El Times Una selección semanal de historias en español que no encontrarás en ningún otro sitio, con eñes y acentos. Get it sent to your inbox.
Con Ringo Starr y George Harrison adormilados y sentados frente él y una bandeja de tostadas y mermelada a su lado, McCartney empieza a rasguear y cantar, en busca de inspiración. En pocos minutos, un ritmo de medio tiempo toma forma y surge una melodía vocal familiar. Get back, canta en un débil alarido. Get back to where you once belonged: vuelve a donde alguna vez perteneciste. Casi como por arte de magia, un clásico de los Beatles comienza a materializarse de la nada.
Más tarde, ese mismo día, tras la llegada de John Lennon, las cuatro deidades del rock se reúnen en un círculo y discuten. Tienen planes sueltos para un concierto especial de televisión con canciones nuevas, pero la mayoría de ellos parecen intimidados por el evento, y puede que también se intimiden unos a otros. Lennon, que parece estar distraído durante gran parte de la reunión, declara vagamente que su único objetivo es la “comunicación” con el público, mientras que un impaciente McCartney reta a sus compañeros de banda a mostrar algo de entusiasmo por el proyecto o a abandonarlo.
Lee más en The New York Times