
Caracas.- Ya ni la pasión nos convoca. Mucho menos la calidad o el carisma de algunos de los candidatos, con sus contadas excepciones. Pero el domingo habrá que ir a votar por pura terquedad, por llevarle la contraria al poder y, aunque sea, dejarle una mínima preocupación en su tenaz intento de apropiarse de todo y de todos. De las gobernaciones y el futuro del país, de las alcaldías y los negocios, de los municipios y el Sistema de Orquestas, mientras en paralelo montan Consejos y Ciudades Comunales con miras a construir un Estado Comunal donde ya ni el voto de cada quien cuente para nada, su mayor ambición.
Porque serán las Asambleas Comunales las que decidirán presidentes y gobernadores y alcaldes en un futuro cercano si desde ahora mismo no les paramos semejante intento. Y eso solo se logra con cifras, con millones de votos en contra, con la única voluntad que se nos permite desde hace más de 20 años, así la hayan torcido y la hayan devaluado; pero a fin de cuentas ellos saben que somos más, que somos muchísimos los que salimos a decirles que no a sus ambiciones y sin presión de nadie, sin amenazas ni chantajes, gratis y a todo pulmón.
De modo que con el pañuelo en la nariz habrá que ir para hacer bulto, para negarles otra vez sus ganas de ser mayoría como se han cansado de mentir y de mentirse a sí mismos.
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