
Por Ibis Leon | @ibisL en Efecto Cocuyo
Cuando niño, Julio Mayora entrenaba con una barra de metal a la que su papá –obrero de construcción– le fijaba latas de leche llenas de piedras en los extremos. Esa fue su primera pesa improvisada. El ahora subcampeón olímpico también simulaba en la sala de su casa que rompía marcas mundiales con una escoba.
Su padre, el señor Julio, cree que sacó la idea de ser pesista a los 9 años cuando vio a algunos atletas entrenando en la Escuela Santa Eduvigis, donde estudió.
“Yo pensé que era una cosa de muchacho y que luego iba a seguir con fútbol o beisbol, lo que hacemos todos, pero se fue concentrando más en lo suyo y lo apoyamos”, recuerda.
Lee más en Efecto Cocuyo