
La oposición y oficialismo venezolano, tras un cambio reciente del poder Electoral, exploran nuevamente el terreno de las negociaciones. En el campo opositor, tal como lo ha expresado Juan Guaidó, -reconocido como mandatario interino por parte de la comunidad internacional-, se busca procurar un acuerdo que incluye elecciones (presidenciales, parlamentarias, regionales y municipales) libres, consecución de ayuda humanitaria, garantías para la reinstitucionalización, liberación de presos políticos, entre otros aspectos, bajo la condicionante de conversar con los aliados para disminuir o retirar las sanciones que pesan sobre la administración de Nicolás Maduro.
En la otra acera, Maduro pide el “levantamiento inmediato” de las sanciones, reconocimiento pleno de la Asamblea electa en 2020 y los poderes establecidos, así como la devolución de activos y cuentas bancarias internacionales.
Bajo este escenario, Colette Capriles, psicóloga social y filósofa, jefa de la sección de ciencia política de la Universidad Simón Bolívar, recuerda que estos procesos de negociación exigen un periodo previo de mucha discreción entre los actores, pues en la construcción de la agenda se juega casi todo el destino del proceso. “Se precisa que sea una agenda unitaria, consensuada, eso lleva su tiempo”.
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