
Por Isabella Cota en El País
El verano pasado, se abrió en Caracas un nuevo supermercado —o bodegón, como se les conoce— repleto de productos iraníes. Fue una estridente señal de colaboración entre Venezuela e Irán, dos países sancionados por Estados Unidos que buscan fortalecer sus economías e ingresos en los márgenes de la geopolítica. Para muchos venezolanos, la tienda es una más de muchas que ofrecen productos importados. Para otros, quienes esperan que las prohibiciones de Washington cumplan con el objetivo de presionar al Gobierno de Nicolás Maduro para que salga, el anuncio sembró una duda: ¿puede Venezuela terminar como Irán?
El país del medio oriente lleva décadas paliando sanciones de EE UU. Ni las protestas sociales, ni las dificultades para integrarse al comercio internacional han logrado el objetivo que busca el Gobierno estadounidense: que Irán renuncie a sus armas nucleares. Si bien el propósito de las sanciones a Venezuela es otro, la lógica es similar: se trata de apretar a los Gobiernos por la vía económica hasta que cedan. Con Venezuela e Irán trabajando juntos, es inevitable cuestionar el impacto que las sanciones han tenido en el país latinoamericano. El martes, un senador estadounidense instó a la Administración del presidente Joe Biden a permitir intercambios de combustible diésel entre empresas privadas y Venezuela, argumentando que la prohibición está empeorando la grave crisis humanitaria del país sudamericano.
“El colapso económico de Venezuela precede a las sanciones”, dice tajante Ricardo Hausmann, profesor de Economía del Desarrollo de la Universidad de Harvard y exministro de Planificación del país en la década de los noventa. La caída acumulada de la economía venezolana bajo el chavismo es del 75% hasta la fecha, apunta, pero para 2017, año en que EE UU impone las primeras sanciones, la caída ya era de 65%. “El impacto de las sanciones tiene que ver con cuánto hubiese seguido cayendo Venezuela sin sanciones con respecto a cuánto cayó con sanciones; y esa diferencia es difícil de asignar”.
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