De izquierda a derecha: John Maynard Keynes y Ryszard Kapuściński
“Cuando estaba entendiendo lo que pasaba, ya había pasado lo que estaba entendiendo”.
Carlos Monsiváis
A pocos días de empezar a estudiar Economía en la universidad, un profesor nos inquietó con una frase de John Maynard Keynes:
“El gran economista debe poseer una rara combinación de dotes. Debe ser matemático, historiador, estadista y filósofo. Debe comprender los símbolos y hablar con palabras corrientes. Debe contemplar lo particular en términos de lo general y tocar lo abstracto y lo concreto con el mismo vuelo del pensamiento. Debe estudiar el presente a la luz del pasado y con vistas al futuro. Ninguna parte de la naturaleza del hombre o de sus instituciones debe quedar por completo fuera de su consideración. Debe estar tan fuera de la realidad como un artista y tan cerca de la tierra como un político”.
Estas superlativas exigencias del economista inglés encuentran su raíz en la Ilustración. Por eso hablan de un profesional-intelectual con una mirada capaz de abarcar toda la complejidad que el mundo ofrece.
La labor del periodista no tiene una exigencia menor a la propuesta de Keynes, porque su tarea fundamental es contar los acontecimientos del mundo. Sin embargo, antes de hacerlo hay un obstáculo que debe superar: no se puede contar aquello que no se entiende.
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