
Las redes sociales se convirtieron en un hervidero ante la escandalosa cuña lanzada para vender las bondades de la empresa Luxury Armor. Lo que podría ser una simple promoción de servicios de blindaje de autos se convierte en una muestra de una cultura malandra, donde se impone el desenfado, la mujer objeto y el dinero que corre a cántaros.
Hurgar en el derroche de mal gusto que se observa en la promoción de Luxury Armor permite inferir que ese estilacho va dirigido a un target específico. La publicidad, donde el “modelo” asegura que “mi papá tiene mucho billete” y le cuenta a cámara “Me traje una…” -para referirse a la mujer que sale de su camioneta de lujo, como si ella viniera anexada a la lujosa 4×4-, no tiene nada que ver con el comienzo de bajo perfil de la empresa Luxury Armor, por allá en 2014.
En ese entonces la empresa posteaba tímidos anuncios de sus servicios sin mayor ambición. Si bien el negocio de blindar los automóviles en Venezuela siempre fue costoso, generalmente era de bajo perfil para proteger al cliente más allá de la coraza que le anexaban a su vehículo. Pero ahora exponen camionetas de 150 mil dólares, una tienda amplísima donde venden desde blindajes hasta autos de lujo y chalecos antibalas.
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