
Por Alonso Moleiro en La Gran Aldea
La llegada del mes de enero marcará un verdadero hito en materia de cierre de ciclos para las fuerzas democráticas del país en su agónica lucha por dejar atrás la pesadilla chavista.
El profético 2021 habrá llegado irremediablemente, sin Hugo Chávez presente, pero con el chavismo empotrado en las entrañas del Estado venezolano como la expresión por excelencia de la dimensión fallida de la nación, habiendo consumado una catástrofe económica con gravísimas consecuencias en el orden social, económico, cultural y político sin que nadie lo haya podido evitar.
Se habrán cumplido cinco años de haber electo una Asamblea Nacional a la cual no le fue respetado en absoluto su sagrado fuero constitucional, acentuando los aditamentos bananeros de la revolución bolivariana, y dos años de la irrupción de Juan Guaidó como Presidente interino desde la Asamblea Nacional, consagrado el fraude de las elecciones presidenciales del mes de mayo anterior.
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