
Por Carlos Seijas Meneses en TalCual
Economistas insisten en que factores exclusivos de un país con una economía e institucionalidad destruidas, como Venezuela, pueden hacer más costoso un producto expresado en dólares
Luego de que la empresa privada donde trabaja le pagara el bono en dólares de final de mes, Diego Arguinzones fue corriendo a una juguetería en La California para comprar los regalos de Navidad de sus dos hijas, una de nueve años y otra de dos. La crisis económica que atraviesa el país lo acostumbró a vivir apurado, a sabiendas de que el que se duerme con dinero en los bolsillos se lo lleva la corriente o, mejor dicho, la inflación.
Con 115 dólares pudo comprar dos juguetes importados para la pequeña, de la colección original de Toy Story de Pixar, y unas extensiones para cabello de colores para la grande. Era el viernes 31 de octubre y tuvo razón al comprar los regalos cuanto antes, pues el lunes próximo, 2 de noviembre, revisó nuevamente la tienda y los tres productos costaban cinco dólares más.
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