
Por Daniel Hernández en El Estímulo
La escasez de gas doméstico en bombonas castiga de forma impiadosa a las barriadas del municipio Sucre. El control de la distribución, a cargo de los consejos comunales, está signado por la ineficiencia y el ventajismo. En ese cuadro, las mafias del acaparamiento y la reventa operan a placer, tal como lo expresan los afectados a Daniel Hernández, fotoperiodista de El Estímulo
En distintos puntos de Petare, la barriada más densamente poblada de Caracas, se ve a diario grupos de personas cargando bombonas de gas y corriendo tras del camión que las distribuye.
Son apenas las 6 de la mañana y la gente ya lleva varias horas aguardando la llegada del anhelado camión. Se trata de una disyuntiva clara, inapelable: o se logra obtener la bombona de gas, o se queda a merced de la manipulación del consejo comunal del sector.
Así como escasea el gas en el interior del país, Caracas también acusa crecientes fallas en la distribución de este vital combustible doméstico, lo que genera malestar, incomodidad y privaciones.
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