
A primera vista QAnon parece un fenómeno eminentemente estadounidense: una teoría de la conspiración según la cual el principal adversario del presidente Donald Trump es un «Estado profundo» controlado en secreto por una élite que practica la pedofilia y el satanismo.
El nombre se está convirtiendo además en sinónimo de todas esas «advertencias sobre eventos terribles que no se están produciendo y conspiraciones malignas que realmente no existen» que, según el columnista del New York Times Paul Krugman, serán parte importante de la campaña electoral estadounidense.
Y QAnon volvió a ser noticia en Estados Unidos la semana pasada después de que Facebook anunciara el cierre de más de 790 grupos, 100 páginas y 1.500 anuncios vinculados a la teoría conspirativa.
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