
Por Anatoly Kurmanaev, Isayen Herrera y
CARACAS, Venezuela — El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha abordado al coronavirus de la misma manera que a cualquier amenaza interna para su gobierno: con el despliegue de su represivo aparato de seguridad.
El gobierno de Venezuela etiqueta a quienes puedan haber estado en contacto con el coronavirus como “bioterroristas”. Detiene e intimida a médicos y expertos que cuestionan las políticas de Maduro para enfrentar al virus.
Y acorrala a miles de venezolanos que regresan a casa después de perder sus trabajos en el extranjero, manteniéndolos en centros de detención improvisados por temor a que puedan estar infectados.
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