
Por Daniel Gómez
Michelle Bachelet no sólo habló como alta comisionada para los Derechos Humanos de la ONU en Ginebra. Asumió el papel de mujer, madre y pediatra para advertir la situación que viven los niños venezolanos con necesidad de trasplante. Esto es una crítica doble. Al régimen, por la inoperancia del sistema de salud, y también a las sanciones económicas.
Michelle Bachelet, alta comisionada para los Derechos Humanos de Naciones Unidas, rompió el tono burocrático en la actualización del informe sobre Venezuela de este martes en Ginebra. Luego de recalcar la represión del régimen y la crisis política, Bachelet hizo un aparte, levantó la cabeza del folio, tomó aire, y dijo:
“Permítanme hacer aquí un comentario especial, como mujer, como madre, y como pediatra. Sigue siendo urgente atender la situación de los niños y niñas venezolanos con necesidad de trasplante. Hasta hoy, 38 siguen en lista de espera en Venezuela y seis están aún pendientes de ser atendidos en Argentina. Y algunos lamentablemente han fallecido esperando el trasplante. Según información recibida, las sanciones han obstaculizado la transferencia de recursos para los tratamientos. Sin embargo, a ellas se suma la situación crítica del Hospital infantil J.M. de los Ríos, en Caracas. Al final de 2019, sólo el 21% de las camas se encontraban operativas”.
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