Parecía un gigante salido de otro tiempo, de ese siglo XX que se aleja. Jean Daniel estaba sentado en una inmensa y confortable butaca en su piso de la calle Vaneau, en París. En una mesita tenía la prensa del día. Apenas podía moverse y hablaba con dificultad. Pero el 3 de enero pasado, cuando recibió la visita del periodista de EL PAÍS para hablar de su amigo y mentor, Albert Camus, aún mantenía la lucidez —y el mal genio— de siempre.
A sus 99 años, seguía imponiendo. Conversar con él era como si toda su vida se hiciera presente. El judío argelino precozmente culto y politizado, el combatiente en la Segunda Guerra Mundial, el fundador del semanario Le Nouvel Observateur cuando los semanarios aún marcaban la agenda, uno de los periodistas más influyentes en su país, el hombre de poder que fue observador pero también quiso ser protagonista de la historia.
Jean Daniel Bensaïd —ese era su nombre original— murió el miércoles en París, según ha anunciado L’Obs, el nombre actual de cabecera que dirigió hasta 2008 y con la que siguió asociado hasta el final. Entrevistó y aconsejó a presidentes y reyes; participó en las grandes peleas intelectuales y políticas de su tiempo, desde la guerra de Argelia hasta la paz en Oriente Próximo; y fue en muchos países, incluida la España de la transición y los primeros años de la democracia, un referente de la izquierda antitotalitaria y no dogmática para periodistas y políticos, un testimonio del siglo.
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