Regresa a Latinoamérica una escena antigua, pero lejos de estar olvidada: presidentes frente a las cámaras de televisión dirigiéndose al país en un momento de crisis, pero flanqueados por sus generales.
En Ecuador, los dirigentes militares estaban firmes detrás del presidente Lenín Moreno cuando anunció un estado de emergencia. Unos cuantos días después, el presidente de Chile, Sebastián Piñera, hizo lo mismo con una decena de oficiales de pie junto a él, vestidos con uniformes de camuflaje.
Ambos países, inmersos en el tipo de protestas que están arrasando en la mayor parte del mundo, también desplegaron soldados en las calles, una medida estremecedora en una región que ha trabajado arduamente para dejar atrás su historia de dictaduras militares.
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