Por Luisa Salomón en Prodavinci
Hace cuarenta años aterrizaron en Venezuela Rubén Blades y Willie Colón. Promocionaban Siembra, el álbum que grabaron en 1978 y que se convirtió en el disco de salsa más vendido en la historia.
“Aprovechamos la oportunidad para agradecer todas las atenciones que nos ha dispensado el público de Venezuela. También el apoyo tremendo que le han brindado a este trabajo”, dijo un joven Rubén Blades, magro y de rostro lampiño. Seguidamente levantó sus maracas. A su lado, Willie Colón señalaba a la orquesta la inminente entrada, cuando del piano salieron los primeros acordes de “Dime”.
Dime cómo me arranco del alma esta pena de amor, cantó Blades.
Blades y Colón presentaban las canciones del icónico disco Siembra en Venevisión. Los acompañaba una orquesta de músicos ataviados con atuendos peculiares: un mariachi en el piano, un bajista vestido de guerrillero, un sacerdote trompetista y un rumbero en los timbales.
Se dice que cuando llegaron a Caracas a presentar el disco, en mayo de 1979, seis de las siete canciones de Siembra se hallaban entre las más escuchadas del país. Venezuela estaba en su época de bonanza saudita, en pleno boom petrolero. Era parada obligatoria para los artistas del momento. El Poliedro de Caracas era una de las principales plazas de la región. Ahí se presentaron dos noches en agosto y compartieron tarima con la celebridad local de la salsa, Oscar D’León.
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