Por David Placer en Al Navío
Los trabajadores venezolanos se apoderan de Lowi, la empresa de telefonía de bajo costo de Vodafone. Más del 60% de la plantilla de atención al cliente y ventas está formada por profesionales venezolanos, en su mayoría jóvenes universitarios con postgrados y doctorados. Cobran poco más de 1.000 euros mensuales, pero trabajan encantados en un sector atacado y denunciado por los sindicatos españoles.
En una de las salas del call center madrileño de Majorel, una de las grandes multinacionales de la atención telefónica para empresas, una canción que desborda optimismo y entusiasmo laboral rompe de vez en cuando la monotonía de los operadores. “U-U-UCV, U-U-UCV”. En referencia a la Universidad Central de Venezuela (UCV), la principal casa de estudios del país.
Las risas colectivas invaden la sala de trabajo, un espacio ocupado por unos 150 trabajadores que atienden a doble turno las preguntas, dudas y quejas de una de las empresas de telecomunicaciones con mayor éxito en los últimos meses: Lowi, la operadora low-cost de Vodafone.
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