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medida que el cambio climático comienza a provocar que la escasez de agua sea un asunto crucial de seguridad global, los países más acaudalados han empezado a buscar más allá de sus fronteras para satisfacer sus necesidades hídricas. Con estrategias que tienen consecuencias comerciales y geopolíticas importantes, Arabia Saudita y China han llegado a Estados Unidos para solucionar sus problemas respecto al agua y alimentar a sus pueblos.En 2014, la empresa láctea más grande de Arabia Saudita, Almarai, compró aproximadamente 3800 hectáreas de tierra de labranza en Arizona por 47,5 millones de dólares para cultivar alfalfa y alimentar a las vacas lecheras en su país. Se requieren enormes cantidades de agua para cultivar esa cosecha, casi cuatro veces más que con el trigo, es por eso que los sauditas tuvieron que desplazarse a Arizona.
China también tuvo que acudir a Estados Unidos para producir alimentos que requieren grandes cantidades de agua dulce. A la luz de problemas de escasez de agua en y alrededor del desierto de Gobi, China ha estado importando más de la mitad de la soya en el mundo, otro cultivo que implica el uso de mucha agua, de agricultores estadounidenses y sudamericanos. Y no solo es la soya. En 2013, una empresa china adquirió Smithfield Foods, la procesadora de carne de cerdo más grande del mundo. Hasta hace poco, la carne de un cuarto de todos los puercos criados en Estados Unidos —un proceso que también consume cantidades enormes de agua para cultivar el alimento de estos animales— terminaba en China.
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